¿Sabes por qué se debe precalentar el horno? ¿a qué temperatura? ¿a qué altura debes poner las bandejas para cocinar? ¿por qué aparecen malos olores dentro del horno?
1. No precalentar el horno antes de usarlo
¿Por qué? En general, es recomendable precalentar el horno 15 minutos antes de introducir los alimentos porque la cocción del horno es por concentración. Es decir, se debe precalentar el horno para evitar que se expandan las sustancias de los alimentos. No precalentar el horno hace que el resultado de la cocción sea distinto al deseado.
2. Abrir la puerta del horno repetidamente mientras cocinas
Abrir el horno cada dos por tres durante la cocción de los alimentos es uno de los errores más frecuentes durante su uso. Quienes ya dominan el horno, saben de buena mano que este simple gesto hace que el horno pierda hasta 50ºC de temperatura en un momento. Sí, abrir la puerta del horno repetidamente arruina la cocción de los alimentos, además de retrasarlo.
Entonces, ¿cómo compruebo la cocción de los alimentos? Lo ideal es mirar a través del cristal del horno para ver cómo va quedando el resultado. Además, así evitas sufrir quemaduras en el rostro. Y esto último lo enmarcamos porque es una acción peligrosa a la que nos exponemos con frecuencia.
Para evitar estos errores, te proponemos dos soluciones:
- Utiliza un termómetro. Hay unos muy baratos
- Para evitar quemaduras con el vapor caliente al abrirlo, se recomienda esperar unos segundos antes de retirar la bandeja o antes de “dar la vuelta” a algunos alimentos.
3. Utilizar recipientes que no son aptos
Los recipientes para horno pueden ser de vidrio, acero inoxidable o de loza. Los que apenas sabemos utilizar este electrodoméstico podemos pecar de utilizar cualquier recipiente para cocinar los alimentos y este es uno de los errores más fatales que podemos cometer porque los alimentos no se cocinan bien; o, el recipiente acabará estropeado (en especial si son de plástico).
De igual forma, conviene que elijas el recipiente más adecuado en función de la receta que vayas a preparar. Por ejemplo, para gratinar verduras bastará con una bandeja plana. En el caso de que quieras preparar un delicioso pollo con patatas asadas y cebolla, haz uso de un recipiente más profundo.
Los recipientes con fondo son especiales para alimentos que sueltan sus jugos mientras se cocinan.
4. No limpiar el horno tras cada uso
La limpieza del horno es una prioridad. Tiende a acumular las grasas, los vapores y los jugos de los distintos alimentos que en él cocinamos. Por ello y para evitar malos olores, es importantísimo limpiar el horno tras cada uso.
Para ello, lo mejor es utilizar un desengrasante que quite la grasa que desprenden los alimentos tras cada uso. Sí, sabemos que es una tarea poco amena, pero alargará mucho la vida útil de este electrodoméstico, además de que mejoraremos su rendimiento. Un buen desengrasante, detergentes especiales para limpiar el horno o, por último, a los trucos caseros de toda la vida: bicarbonato de sodio y vinagre para limpiar a fondo el horno y todos sus elementos.
5. No controlar la temperatura del horno
Y, por último, pero no por ello menos importante, existe también otro error frecuente al cocinar con el horno y que tiene que ver con la temperatura. Por ejemplo, ¿a qué altura se deben colocar los alimentos en el horno? Recuerda estos tres puntos básicos:
- La parte más alta es la que concentra más temperatura, por lo que es ideal para las cocciones rápidas, muy rápidas o que necesitan un calor muy súbito (gratinados, para hacer verduras asadas con piel, entre otros).
- La parte inferior concentra una temperatura media y es la que se debe utilizar para las cocciones más lentas como los asados de carne y cordero (recetas que necesitan tiempo).
- La parte del medio o el espacio central es ideal para la cocción de pescados (requieren una cocción más rápida que las carnes).
Como puedes ver, son errores básicos que en alguna ocasión se pueden cometer. No obstante, ahora que los conoces, ¡evítalos! Notarás como tus elaboraciones salen más deliciosas y, por su puesto, le dirás adiós a un horno sucio, con malos olores o con un exceso de grasa acumulado.